El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), del que forman parte el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas, ha aprobado el «Plan de respuesta temprana en un escenario de control de la pandemia por COVID19».
Se trata de un documento con el que se pretende dotar al Sistema Nacional de Salud de una mayor capacidad para prevenir y atajar posibles incrementos de transmisión del COVID19.
El documento aprobado incorpora mejoras y concreciones técnicas, a propuesta de las comunidades autónomas, de diferentes ministerios y de la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta, dependiente de la Comisión de Salud Pública y establece respuestas por escenarios específicos:
ENTORNO LABORAL
Los centros de trabajo son ámbitos donde el riesgo de exposición es muy heterogéneo y la caracterización del mismo debe hacerse de forma coordinada con los servicios de prevención de riesgos laborales y los agentes sociales implicados.
– Los centros de trabajo y los servicios de prevención de riesgos laborales (SPRL) deben colaborar para la recopilación, registro y verificación de la información para poder planificar e intervenir de forma adecuada.
– La detección de un caso debe ponerse en conocimiento del servicio de prevención de riesgos laborales y notificarse con diligencia a las autoridades sanitarias para adoptar las medidas oportunas, como son el aislamiento del caso y la indicación de cuarentena de los contactos estrechos.
– La detección de un brote debe ir acompañada de una evaluación del riesgo del servicio de prevención de riesgos laborales en coordinación con Salud Pública de propagación de la enfermedad. Entre las opciones de escalada de las medidas de respuesta se pueden considerar las siguientes: o la intensificación de las medidas de prevención en el centro laboral, o el cierre del espacio afectado, si se ha organizado en sectores independientes, o el cierre del centro de trabajo.
– Se deben actualizar los planes de continuidad para garantizar un nivel de actividad laboral en previsión de un incremento de la incidencia.
– Las medidas de distanciamiento en el entorno laboral contemplan la flexibilidad en el horario de trabajo, la posibilidad de trabajar desde el domicilio, realizar reuniones por video-conferencia, fomentar medidas de distanciamiento físico dentro del espacio de trabajo, turnos escalonados, la promoción del uso de medidas de protección individual, etc. Cada sector de actividad deberá adecuar las medidas de prevención al riesgo del trabajo desempeñado.
– Las autoridades sanitarias mantendrán un contacto fluido y continuado con el servicio de prevención de riesgos laborales para valorar conjuntamente la situación e implementar medidas acordes con el riesgo de forma coordinada.
ENTORNOS CON ALTA CONCENTRACIÓN DE PERSONAS
Se ha observado un aumento del riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 en aquellos establecimientos o eventos con una elevada concentración de personas, en espacios cerrados y mal ventilados, donde se da un contacto estrecho entre quienes asisten ante la introducción de personas infectadas.
Estos entornos incluyen actividades y eventos religiosos, culturales o deportivos. También otros establecimientos donde puedan darse aglomeraciones como por ejemplo la hostelería, establecimientos turísticos, velatorios o lugares de culto.
– La decisión de cancelar un evento o cerrar un establecimiento debe seguir a una evaluación del riesgo teniendo en cuenta la situación epidemiológica local y gravedad de la epidemia, y el momento, la duración, el tipo del lugar de reunión (interior/exterior), el tamaño del evento y la zona de procedencia de los asistentes (afectados o no afectados), entre otros.
– En establecimientos en los que haya una elevada concurrencia de personas, puede considerarse la implementación de medidas de contención especialmente orientadas a la disminución del contacto entre personas, como la limitación o reducción de los aforos, el cierre de los espacios comunes o el cierre total del lugar.
– En caso de eventos o actividades que puedan suponer una afluencia masiva de personas, las medidas pueden incluir la cancelación, el aplazamiento o la reorganización de un evento y otras medidas organizativas de mitigación de riesgos, así como mecanismos de reembolso que faciliten que las personas con síntomas no acudan a los eventos en los que se prevé una concentración de personas.